Se donaron tanques de agua de 200 000 litros a Funafuti, y se despertó la conciencia del cuidado ambiental mediante el Movimiento Clean WORLD.

Tuvalu, un país insular cuya altitud máxima es de solo cuatro metros sobre el nivel del mar, está en peligro de sumergirse debido al calentamiento global. Dos de nueve islas ya han desaparecido. Sin embargo, el temor aún más grande que la probabilidad de perder su territorio algún día, es la escasez de agua potable que debe resolverse de inmediato.

La mayoría de las áreas de Tuvalu son atolones de baja altitud, por eso es difícil conseguir agua potable. El agua subterránea es salada y no apta para beber. Los residentes dependen de la lluvia. La lluvia que cae en Tuvalu es verdaderamente el agua de la vida. Un tanque de agua es un objeto necesario. En estos días en que las sequías se vuelven más severas debido al cambio climático, necesitan más instalaciones de captación de agua y depósitos de agua, ya que están en la necesidad de agua potable. Sin embargo, la mayoría no puede pagar un costoso tanque de agua porque no tienen empleo.

La situación es más seria en un pueblo situado al sur de Funafuti, la capital. Las personas que se han mudado de por vida desde las islas vecinas, viven en casas hechas de árboles trenzados con techos de pizarra. Viven cerca de un hoyo lleno de basura. Toda la basura mezclada con el agua del mar se precipita en las casas cuando sube la marea. Aunque del hoyo surge un olor putrefacto, los niños no se preocupan por esto y juegan allí.

“No hay agua suficiente para las familias porque no tienen tanques. A veces, solo tenemos un cubo de agua, por eso tenemos que beber solo un trago de agua, aunque tengamos sed. Vamos al mar para bañarnos y lavar la ropa. Esto nos ocasiona enfermedades de la piel.” (Teala, de 25 años, residente)

“Si alguna familia no tiene agua, morirá. Antes, nuestra antigua generación cavó un pozo y bebía aquella agua. Pero ahora, utilizamos la lluvia. No podemos beberla así. La conservamos en el tanque y la bebemos. La hervimos primero y luego la bebemos.” (Lagigupu, de 57 años, residente)

Tal como las personas dicen al unísono, lo que más necesitan desesperadamente es un tanque de agua para almacenar la lluvia en esta circunstancia desfavorable. Aunque necesitan imperativamente un tanque de agua para sobrevivir, el gobierno no puede extenderles su mano de ayuda.

La Fundación Internacional WeLoveU hizo de conocimiento la difícil situación de Tuvalu en 2012, y atrajo la atención del público hacia los refugiados climáticos mediante el Movimiento Clean WORLD para Luchar contra el Cambio Climático, y la 14.ª Caminata Familiar Nueva Vida. En septiembre de 2013, algunos miembros de la fundación llegaron a Tuvalu, instalaron tanques de agua, y practicaron la protección ambiental a través del Movimiento Clean WORLD.

El 24 de septiembre, la Fundación ayudó con un tanque de 200 000 ℓ a un pueblo situado al sur de Funafuti, en el que la población sufría de escasez de agua potable por no poder comprar un tanque de agua. Participaron en la ceremonia de donación de tanques de agua cerca de 80 personas, incluyendo a Jeong Geun-seung, el director de la sucursal de la fundación en Nueva Zelanda, que fue enviado allí, los miembros de la fundación, y los funcionarios gubernamentales de Tuvalu, como el primer ministro, gobernadores, ministros, funcionarios de la ciudad y beneficiarios.

Después de culminar la ceremonia, la ciudad sureña se emocionó. Algunas familias comenzaron a instalar los tanques de agua de inmediato. Los jóvenes de la ciudad allanaron las zonas para los tanques de agua. Ellos juntaron sus fuerzas y situaron los tanques de agua en los lugares correspondientes. Conectaron las tuberías por donde entraría el agua de la lluvia. Después de que muchas personas trabajaran juntas para instalar los tanques de agua, cayó pronto una lluvia oportuna. Cuando la lluvia llenó un tanque de agua, los niños se divirtieron sacando agua y vertiéndola sobre sí mismos. “Me gustaría agradecer a los miembros por venir desde Corea a Tuvalu para ayudar a nuestra gente”, manifestó un residente. “Estamos muy felices por tener mucha agua y nos sentimos cómodos”, señaló otro poblador.

Al siguiente día de la ceremonia, la Fundación Internacional WeLoveU llevó a cabo un movimiento de limpieza ambiental con los residentes locales. La enorme cantidad de basura que devora el pequeño territorio de Tuvalu es otra amenaza para ellos. Cuando empezaron a tener contacto con las personas del exterior, los envases de plástico formaron un montón tan alto como una palmera en un basurero del extremo norte de Funafuti. La misma realidad se repetía en el extremo sur. Ya que no hay un lugar donde enterrar o quemar los desperdicios, las montañas de basura se hacen enormes, mientras que los residentes no sentían en realidad ninguna sensación de crisis por ello.

Dos días antes de la campaña de limpieza, Jeong Geun-seung, jefe de la sucursal de la fundación, que fue invitado a una estación radial de Tuvalu, dio a conocer el Movimiento Clean WORLD organizado por la Fundación Internacional WeLoveU, y despertó el interés por la protección ambiental, alentando a las personas a esforzarse por purificar el ambiente contaminado. El 25 de septiembre, la campaña de limpieza que nunca antes se había realizado en Tuvalu, empezó a las 6 a.m. Cerca de 80 personas de la oficina de la ciudad y del vecindario, sin tener en cuenta su edad, llegaron espontáneamente al basurero y recogieron sin pensarlo la basura dispersa en el pueblo sureño de Funafuti. “Esto es muy bueno porque podemos ver que toda la comunidad se junta para trabajar como un equipo. Aunque hace mucho calor, han decidido venir y limpiar la comunidad, porque es lo que querían limpiar. Cualquier persona que esté yendo por el camino nos ve limpiando y se une a nosotros. Estoy muy feliz por esto”, dijo Miriama Uluiviti, jefe del Departamento de Medio Ambiente.

La campaña de limpieza comenzó a primeras horas del día porque el clima era caluroso y el sol se oculta temprano. Terminó cerca de las 3 o 4 p.m., después de limpiar toda la basura del hoyo y del pueblo cercano. La basura recolectada superó las diez toneladas. Los residentes no habían ensuciado con la mente egoísta: “No soy responsable de esto”, sino que no sabían cómo resolver el problema de la basura. El Movimiento Clean WORLD llevado a cabo en Tuvalu, sembró la idea de reciclar en las personas que arrojan basura, y los animó a pensar que están obligados a legar un medio ambiente limpio a sus descendientes.

El futuro de Tuvalu es el futuro de la tierra. Mientras haya personas que cuiden y amen a Tuvalu, el futuro de la aldea global se llenará de una brillante esperanza.