La tristeza se reduce a la mitad cuando se comparte
El transbordador Sewol se hundió el 16 de abril de 2014 en las costas de la isla Jindo. Desde ese momento, el tiempo se ha detenido para algunos. Cuando cerca de 300 personas desaparecieron, las familias de las víctimas corrieron a Jindo, la isla más cercana a la zona del desastre. Desde ese momento, empezó un lamento y una espera interminables en el gimnasio Jindo.
Con la fe de que la tristeza se reduce a la mitad cuando se comparte, la Fundación Internacional WeLoveU compartió la tristeza de las familias de las víctimas. El 21 de abril los miembros de Gwangju y de las regiones aledañas instalaron una tienda de campaña de comida gratuita frente al gimnasio, y comenzaron a servir comida a las familias de las víctimas, a otros voluntarios, a los rescatistas que buscaban a los desaparecidos y a los funcionarios que lidiaban con las consecuencias.
Las familias de los desaparecidos prestaban mucha atención a las noticias que se emitían cada minuto en las enormes pantallas instaladas frente a la puerta principal y dentro del gimnasio. En el estadio público junto al gimnasio, los helicópteros despegaban y aterrizaban incontables veces en un día para transportar a las víctimas. Cada vez que identificaban a una víctima, las personas que se encontraban en el gimnasio estallaban en llanto. La esperanza de que hubiera sobrevivientes entre las víctimas se desvanecía día tras día, y el único deseo de las familias era encontrar sus cuerpos. No fue sencillo sugerirles que comieran en dicha situación. Sin embargo, los miembros de la fundación se esforzaron mucho en preparar y servir comida desde muy temprano hasta muy de noche, deseando que las familias de las víctimas comieran y tuvieran fuerzas.
“Yo mismo soy padre, y este desastre me hace sentir muy triste. ¡Qué desconsolados deben de estar! Ahora estoy aquí y puedo sentir su dolor. Ninguna palabra puede consolarlos. Solo quisiera esforzarme un poco para que tengan fuerzas”, manifestó un miembro que hacía servicio voluntario en el lugar.
Los miembros de la Fundación Internacional WeLoveU, que derramaban lágrimas y se sentían apenados cada vez que veían por televisión las noticias sobre el accidente del transbordador Sewol, se tomaron un tiempo en su trabajo y en su hogar, y fueron para trabajar como voluntarios por turnos. Algunos miembros pidieron permiso en sus trabajos por un día y ayudaron en la tienda de campaña casi 24 horas desde la medianoche hasta la siguiente medianoche. El ajustado horario para comprar ingredientes y preparar la comida desde las primeras horas del día era difícil, pero ver los rostros llenos de tristeza de las familias de las víctimas era aún más difícil; los miembros no podían mostrarles sonrisas ni lágrimas.
Los miembros de la fundación hacían su máximo esfuerzo con el corazón de una madre que anima y alimenta a los miembros de su familia cuando están desesperados y angustiados. Ellos planearon preparar comidas fáciles de digerir y que los ayudaran a recuperar fuerzas. También prepararon gachas y hierbas medicinales, y las llevaron al gimnasio donde se encontraban algunas de las familias que no habían comido absolutamente nada. Las familias de las víctimas colocaron colchones y mantas sobre el piso frío y solo esperaban a su familiar desaparecido sin saber cuándo regresaría. Para ellos, los miembros de la fundación entregaron gachas, hierbas medicinales, toallas húmedas calientes y amor.
Los miembros buscaron en qué más podían ayudar. Cuando escucharon que el gimnasio estaba mal ventilado, trajeron trapos y empezaron a limpiar el suelo de cuclillas. Al principio, los trapos se ensuciaban rápidamente después de limpiar un poco, pero como limpiaban el suelo tres veces al día, el interior se veía más limpio y el aire se hacía más fresco. Después, otro grupo voluntario participó en la limpieza del interior del gimnasio con un solo corazón.
Incluso después de servir la cena, los miembros seguían ocupados. Ellos entregaban hot packs (bolsitas calientes) a los policías reclutados que hacían guardia en el clima frío, y servían fideos instantáneos a las familias de las víctimas que regresaban al gimnasio tarde por la noche después de esperar que las víctimas regresaran al puerto Paengmok. La luz de la tienda de campaña de comida gratuita de la Fundación Internacional WeLoveU se mantuvo siempre encendida hasta el amanecer.
Los familiares de las víctimas, que iban de mala gana para comer algo, siendo animados por sus parientes, recobraban un poco las fuerzas y abrían sus corazones a los miembros gradualmente. Una pareja de ancianos que había llegado desde Busan, dijeron que apenas habían comido durante veinte días debido a su hijo desaparecido. Ellos expresaron su agradecimiento a la fundación por darles una bienvenida cálida permitiéndoles recobrar las fuerzas. Algunas familias vieron a los miembros limpiando el gimnasio y se sintieron apenados y agradecidos al mismo tiempo, diciendo que personas buenas estaban limpiando debido a ellos, arrodillados como si fueran pecadores. “Creo que todas ustedes son madres que tienen hijos que cuidar. Pero han venido aquí para ayudarnos. No puedo contener mis lágrimas de emoción”, dijo una anciana, tomando las manos de una miembro. “Puedo sentir que su servicio voluntario es muy sincero”, “Gracias por su servicio de 24 horas. Nos sentimos agradecidos y tranquilos”, mencionaron otros.
Los miembros se sintieron más agradecidos cuando las familias de las víctimas dijeron: “Esto sabe bien”, o cuando ellos mismos trataban de comer más, debido al amor y cuidado de los miembros. El 4 de mayo, la presidenta Zahng Gil-jah fue a Jindo y reconoció el lugar. Ella fue a la tienda de campaña de comida gratuita de la fundación y animó a los miembros tomando sus manos.
La tienda de campaña de comida gratuita de la Fundación Internacional WeLoveU ha provisto más de 13 000 comidas durante 19 días desde el 9 de mayo, pero finalizó ante la solicitud de evacuación por parte del gobierno al quedar pocas familias de las víctimas. Voluntarios de otras organizaciones, periodistas y trabajadores públicos apreciaron el trabajo de los miembros y se sintieron tristes por tener que partir. Los familiares de las víctimas que habían visitado la tienda de campaña, llevaron a sus demás familiares en el gimnasio a la tienda de campaña y se despidieron de los miembros. La Fundación Internacional WeLoveU se convirtió en otra familia para los que perdieron a su familia. Deseando volver a encontrarse, los miembros les pidieron que recobraran las fuerzas.
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